En nuestro centro de psicología y psicoterapia contamos con una gran variedad de tratamientos psicológicos para resolver adecuadamente todo tipo de problemas que se presentan como obsesiones, timidez, ataques de pánico, entre otros.
Atendemos todo lo relacionado con:
Ansiedad
Terapia para la ansiedad
Los tratamientos que aplicamos para reducir y manejar la ansiedad consisten en abordar tanto los aspectos conscientes como los inconscientes del problema y teniendo en cuenta los diferentes niveles en los que la ansiedad se manifiesta: emocional, cognitivo, conductual y físico.
Desde el primer día, puede adquirir recursos para manejar su ansiedad y aumentar su confianza y estabilidad.
El miedo, la angustia y el desconocimiento desaparecerán. "No hay que temer a nada en la vida, solo hay que comprender". M. Curie
Qué es la ansiedad
La ansiedad y el miedo son respuestas subjetivas del organismo ante lo que es percibido como una amenaza.
Mientras el miedo se presenta ante un estímulo concreto, la ansiedad es activada por una amenaza más difusa, menos clara. Ambas activan la respuesta de lucha o huida, nos preparan para la acción y en ciertos momentos resultan necesarias. El problema viene cuando la ansiedad o miedo son desproporcionados, limitantes o suceden ante estímulos que objetivamente no representan un peligro y nos encontramos con una ansiedad desadaptativa que hace sufrir o limita la vida de la persona. Entonces hablamos de un trastorno de ansiedad.
Síntomas de la ansiedad
La ansiedad se manifiesta de diversas formas pero en todas ellas es angustiosa y es necesaria la ayuda especializada para hacerle frente. No siempre uno mismo puede vencerla, es necesaria la ayuda de un profesional.
Los síntomas de la ansiedad pueden ser:
- Físicos o somáticos: taquicardia, mareos, temblores, rigidez, insomnio, sudoración excesiva, sensación de ahogo, debilidad muscular, tensión muscular, dolores de cabeza, etc.
- Conductuales: evitación o huida de ciertas situaciones, hiperactividad motora, conductas impulsivas o adictivas, (drogas, alcohol, fumar, comer, compras compulsivas), falta de apetito, alteraciones en el habla, diarreas o estreñimiento, explosiones emocionales, etc.
- Cognitivos: incapacidad de tomar decisiones, pensamientos obsesivos, pensamientos negativos o catastróficos, olvidos frecuentes, bloqueos mentales, hipersensibilidad a la crítica, etc.
- Emocionales: angustia, miedo, sensación de falta de control, irascibilidad, etc.
- Efectos subjetivos: apatía, frustración, vergüenza, irritabilidad, tristeza, baja autoestima, soledad, sentimientos de culpa, fatiga, etc.
La ansiedad puede derivar en distintos trastornos. La mayoría de ellos se agrupan en torno a un miedo, temor o ansiedad excesivos. Algunos de ellos son:
- Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
- Fobia social.
- Ansiedad generalizada.
- Trastorno de pánico (ataques de ansiedad o crisis de angustia).
- Agorafobia.
- Fobias específicas (claustrofobia, fobia a volar, fobia a conducir, fobia a hablar en público, fobia a animales, fobia a la sangre, etc.).
- Estrés.
- Hipocondría (miedo a padecer una enfermedad).
- Trastorno dismórfico corporal (preocupación excesiva por los defectos físicos).
Causas de la ansiedad
La mayoría de las personas que sufren de ansiedad reconocen que su miedo es irracional, pero no pueden evitar sentir de ese modo. Esto sucede porque el miedo y la ansiedad son emociones, y no están producidos por su mente consciente o racional, sino por su inconsciente.
Para entender las causas de la ansiedad tenemos que comprender que aunque la respuesta de ansiedad se produzca ante un estímulo que no es objetivamente peligroso, el cerebro de la persona que la sufre sí lo percibe como amenazante, por lo que se defiende activando ese mecanismo ancestral de lucha o huida que hoy llamamos ansiedad.
Superar la ansiedad. Puede a partir de hoy mismo.
En nuestra consulta realizamos una terapia profunda para la ansiedad, en la que incluimos el uso de técnicas como la hipnosis clínica, EMDR, MCI que nos permiten acceder a la información emocional que está grabada en nuestro cerebro y que es la que activa el miedo, la ansiedad o la angustia, ya que mientras sigamos chocando con la razón sin tener en cuenta la emoción, no atenderemos al origen y por lo tanto no resolveremos completamente el problema. La emoción decide y la razón lo justifica.
Aunque para nosotros una efectiva terapia para la ansiedad no debe olvidar los factores inconscientes y trabajar con las emociones, y esto es lo que nos diferencia de la mayoría de los tratamientos psicológicos. También, complementamos este trabajo a nivel más profundo con técnicas habituales en los tratamientos psicológicos como la terapia cognitiva o la relajación para ofrecer recursos a la persona que le permitan controlar la ansiedad y disminuir la sintomatología.
Gracias a la psicoterapia combinada con hipnosis clínica, EMDR, MCI y otras técnicas (tanto cognitivas como conductuales), va a conseguir:
- Aumentar su tranquilidad.
- Ayudarle a comprender qué activa su respuesta de ansiedad y por qué.
- Aprender a controlar su ansiedad sin que le desborde.
- Establecer una comunicación con el inconsciente y darle mensajes nuevos que regulen los mecanismos de protección inconscientes de una forma más saludable para que la respuesta de ansiedad solo se active cuando realmente sea necesario porque hay un peligro real.
- Cambiar las memorias emocionales asociadas al miedo o la ansiedad.
- Modificar pensamientos o creencias disfuncionales que aumentan la ansiedad.
- Aumentar su confianza, autoestima y autonomía.
El mundo se vuelve menos peligroso y más confiable.
Depresión
Superar la depresión: síntomas, causas y tratamiento psicológico
¿Tengo depresión?
- ¿Está continuamente triste y no puede dejar de estarlo?
- ¿Se siente culpable de todo?
- ¿Se levanta sin ganas, sin ningún tipo de motivación?
- ¿Lo hace todo por inercia, porque lo tiene que hacer, con poca iniciativa propia?
- ¿No disfruta de las relaciones con los demás ni de la vida?
Puede superar la depresión si le enseñamos cómo. Llámenos al 941 225 015
y concierte una cita.
¿Qué es la depresión? Síntomas
La depresión es un trastorno emocional que puede afectar a todo el organismo presentando síntomas a diferentes niveles: emocional, conductual, cognitivo y somático. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza, no indica ningún tipo de debilidad personal ni uno puede liberarse de ella a voluntad. Es una situación difícil de comprender para el que no la ha vivido, no es que la persona "no quiera" es que no puede.
Los principales síntomas de la depresión:
Tristeza, apatía, desinterés por las actividades o las relaciones sociales, sentimientos de culpa, falta de autoestima, alteraciones del pensamiento, falta de concentración, insomnio o hipersomnia, cansancio, trastornos en la alimentación, disminución del deseo sexual, ansiedad, etc.
La tristeza suele ser un síntoma característico, pero cuando la depresión es más grave o está más avanzada la persona puede llegar a sentirse desconectada de sus sentimientos, como emocionalmente muerta. Además, a nivel cognitivo estos síntomas se ven acompañados por pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo y el futuro.
Tratamiento psicológico para la depresión
En nuestro centro de psicología, trabajamos la depresión a nivel cognitivo, conductual y emocional, para así resolver el problema, no solo a nivel sintomático, sino trabajando sobre la causa o causas. Con el tratamiento adecuado, la depresión se supera y se puede volver a disfrutar de la vida.
Terapia psicológica de la depresión
Abordamos la depresión desde una psicoterapia profunda combinada con técnicas como la hipnosis, EMDR, MCI o cognitivas que aumentan la eficacia del tratamiento psicológico de la depresión y acortan el tiempo necesario para conseguir superarla.
Estrés
Estrés
Mucho antes de que Seley identificara en 1936 el estrés como un concepto nuevo y cómo afecta a la personalidad provocando efectos corporales nocivos, Freud en 1883 hablaba a su esposa de los efectos que sentía en su salud física y emocional por la sobrecarga de trabajo a que estaba expuesto sin que supiera que más tarde el concepto se identificaría como estrés.
Con la palabra estrés (en inglés stress, ‘tensión’) se pretende expresar el efecto de una carga emocional que afecta a todos los seres humanos con manifestaciones físicas y emocionales ante cambios personales, sociales, culturales o laborales. Es una respuesta natural del organismo, un mecanismo de defensa ante la percepción subjetiva de una amenaza. Es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia pero, si la activación se mantiene en el tiempo llega a ser desadaptativa y peligrosa para el organismo desencadenando graves problemas de salud.
Síntomas emocionales del estrés:
• Con estado de ánimo ansioso: angustia, inquietud, preocupación excesiva, irritabilidad, etc.
• Con estado de ánimo depresivo: apatía, fatiga, llanto, tristeza, visión pesimista, dificultad para concentrarse, ensimismamiento, etc.
• Con trastorno del comportamiento: conducción irresponsable, abuso del alcohol o drogas, incumplimiento de responsabilidades, etc.
Principales alteraciones de la salud relacionadas con el estrés:
• Trastornos cardiovasculares: hipertensión, enfermedad coronaria, taquicardia, arritmias, enfermedad de Raynaud, etc.
• Trastornos respiratorios: asma bronquial, dificultades respiratorias episódicas, hiperventilación, etc.
• Trastornos gastrointestinales: úlcera péptica, dispepsia funcional, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, molestias digestivas, digestiones lentas, estreñimiento, aerofagia, dificultades para tragar, etc.
• Trastornos dermatológicos: prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, soriasis, alopecia, rubor facial, tricotilomanía, acné, etc.
• Trastorno endocrinos: hipertiroidismo, hipotiroidismo, etc.
• Dolor crónico y cefaleas: cefalea tensional, migrañosa, mixta. Lumbalgia, dismenorrea, etc.
• Trastornos musculares: aumento del tono muscular, tics, temblores y contracturas musculares mantenidas, etc.
• Trastornos bucodentales: bruxismo (apretar y rechinar los dientes), liquen oral plano (inflamación de la mucosa oral), etc.
• Tratornos sexuales: impotencia, eyaculación precoz, coito doloroso, vaginismo, alteraciones de la libido, etc.
El estrés es una patología emergente en el área laboral provocando: absentismo, relaciones laborales pobres, mala productividad, altas tasas de accidentes, altas tasas de cambio de trabajo, mal clima en la organización, falta de satisfacción con el desempeño del empleo, etc.
Factores desencadenantes del estrés
Los factores desencadenantes del estrés o estresores pueden ser cualquier estímulo externo o interno, tanto físico, químico, somático, acústico o social que propicie la desestabilización del organismo, esto es, la pérdida de la homeostasis (una de las necesidades primarias de Maslow). Los estresores pueden ser:
• Amenazas percibidas.
• Alteración de las funciones fisiológicas normales por enfermedades, adicciones, etc.
• Estímulos ambientales dañinos.
• Confinamiento o aislamiento no elegido.
• Situaciones en las que debemos procesar mucha información.
• Presión del grupo.
• Frustración.
• Falta de consecución de objetivos.
• Dificultad en las relaciones sociales.
El estrés es algo que nos va a acompañar durante toda nuestra vida, incluso hay personas que se sienten mejor con un poco de estrés y otras que lo van buscando a través de conductas de riesgo, ya sea conduciendo a demasiada velocidad o haciendo barrancos.
El estrés agudo está provocado por una situación o un problema en un momento dado, pero va a ser el estrés crónico el que causa más deterioro a un organismo.
Estrés: cómo son las personas vulnerables
Aunque cualquier persona puede experimentar estrés, existen características de personalidad que predisponen a sufrirlo, ellas son:
A. Personas competitivas, agresivas, buscadoras de éxito, hiperactivas, pendientes del reloj. Suelen controlar sus vidas y ejercen control sobre los demás. Tienen demasiadas motivaciones y expectativas muy altas con respecto a sus posibilidades reales. La emoción básica es la irritabilidad y la ira.
B. Personas con baja autoestima, baja asertividad, muy respetuosos con las normas, muy cumplidores e hiperresponsables. La emoción básica es el aburrimiento.
Estrés postraumático (TEPT)
El estrés postraumático se origina después de haber vivido o presenciado un acontecimiento altamente traumático por sus circunstancias físicas o emocionales (accidente de tráfico o aéreo, violación, robo, desastres naturales, etc.). Este acontecimiento provoca en la persona recuerdos y pensamientos persistentes angustiosos de la situación vivida. Todo su organismo está en alerta, reviviendo nuevamente el trauma.
El estrés postraumático puede darse en todas las edades, incluso en niños. Para que el estrés vivido en un principio no se transforme en postraumático es necesaria la intervención psicológica.
Estrés laboral
Es un fenómeno que nace cuando el escenario social-laboral provoca múltiples fuentes de estresores que pueden llegar a afectar a los trabajadores como si se tratase un estrés de tipo personal.
Las demandas del trabajo que resultan ser causantes del estrés en las personas son:
• Sobrecarga de trabajo.
• Ritmo de trabajo impuesto.
• Ambigüedades de rol.
• Conflicto de rol.
• Carencia de información.
• Futuro inseguro en el empleo.
• Malas relaciones personales.
• Falta de participación.
• Contexto físico peligroso.
• Grandes responsabilidades.
• Realización de tareas peligrosas.
Mobbing
También calificado como hostigamiento psicológico en el trabajo o acoso laboral, hace referencia a la presión ejercida por jefes o compañeros de trabajo sobre cualquier empleado.
Leyman afirmó que el mobbing queda definido por el encadenamiento, a lo largo de un periodo de tiempo corto, de intentos o acciones hostiles consumadas, expresadas o manifestadas por una o varias personas hacia una tercera.
Fobias
Fobias
La fobia es un trastorno emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo, a los animales, a los lugares cerrados o a los espacios abiertos, a volar, a hablar en público, etc.
Hay fobias que no necesitan tratamiento porque la persona difícilmente está expuesta a ellas, otras, por el contrario, sí que limitan en gran medida el desarrollo de una vida normal. En algunos casos son tan limitantes que las personas que las padecen pierden oportunidades sociales, laborales o académicas. Por ejemplo, un estudiante ante un examen se queda bloqueado por el miedo a no saber responder, un joven no se atreve a acercarse a una chica o teme el rechazo de los compañeros o bien, no acude a una entrevista de trabajo por miedo a no saber responder a lo que le pregunten.
Algunos tipos de fobias:
• Aerofobia: miedo a volar.
• Aeroacrofobia: miedo a los sitios altos y abiertos.
• Agirofobia: miedo a las calles
• Agorafobia: miedo a los lugares abiertos.
• Algofobia: miedo al dolor.
• Aracnofobia: miedo a las arañas o a los arácnidos.
• Canofobia: miedo a los perros.
• Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
• Hidrofobia: miedo al agua.
• Laliofobia o Lalofobia: miedo a hablar a otros o al público en general.
• Nictofobia: temor a la oscuridad.
• Ofidiofobia: miedo a las serpientes.
• Ornitofobia: miedo a las aves.
• Rupofobia: miedo a la suciedad.
• Traumatofobia: miedo a los accidentes.
• Zoofobia: temor a los animales.
Tratamiento
En nuestro centro, aplicamos las terapias más efectivas y rápidas para el tratamiento de las fobias. Además de las terapias cognitivas y conductuales, trabajamos con hipnosis clínica, MCI y EMDR que, actualmente, son las más prometedoras dentro de todas las posibilidades que ofrece la psicología.
Fobia escolar
Este tipo de miedo es importante por su especial relevancia y relación con el rendimiento escolar. Méndez y Maciá (1990) hacen referencia a que muchos autores utilizan esta etiqueta para referirse a cualquier problema de asistencia al colegio debido a la gran ansiedad experimentada por el niño en el contexto escolar, tanto si el miedo principal es debido a la separación de sus padres, como si es debido a algún aspecto específico de la situación escolar. Otros autores, por el contrario, prefieren hablar de rechazo escolar para referirse a la no asistencia del niño o niña a la escuela, ya sea por la presencia de una fobia escolar o debido a un trastorno por ansiedad de separación, insistiendo en que son problemas distintos, porque las situaciones que lo desencadenan son distintas.
La fobia escolar se refiere al rechazo prolongado que un niño experimenta a acudir a la escuela por algún tipo de miedo relacionado con la situación escolar. Con todo, según Ollendick y Mayer (1984), en la fobia escolar hay dos tipos de variables:
a) Factores relacionados con la escolaridad, como el miedo a algún profesor, bajo rendimiento escolar, problemas con las relaciones con los compañeros, problemas por la apariencia o defectos físicos, etc.
b) Sucesos vitales negativos, enfermedad prolongada, separación de los padres, fallecimientos, etc.
La fobia escolar se manifiesta a través de tres sistemas de respuesta:
• El motor o comportamental: el niño evita ir a la escuela o se escapa de ella. Las conductas componentes pueden aparecer a través de una conducta negativista: no se viste o lo hace muy lentamente entreteniéndose constantemente, no desayuna, no encuentra los materiales de clase. Si se le obliga a ir se vuelve a casa, o no asiste a la clase, deambulando por el recinto escolar o escapándose. Si se le lleva a la fuerza, grita, llora, patalea, tiembla, se agarra a la madre o al padre en el momento de la separación. Y si, por el control de los padres y profesores, ha de permanecer en clase, su conducta puede ser altamente perturbadora, bien de una forma activa o pasiva.
• El psicofisiológico: se pone de manifiesto a través de una importante activación vegetativa, dependiente del sistema nervioso autónomo, en su rama simpática, causa: sudoración de las manos o todo el cuerpo, tensión muscular elevada, sensaciones de mareo o desmayo, dolores de cabeza, dolores de estómago, vómitos, diarrea, necesidad constante de orinar, taquicardia, etc. Además, es habitual encontrar problemas relacionados con la alimentación y el sueño.
• El cognitivo-experiencial: el niño manifiesta su negativa a ir al colegio. Y muy especialmente se dan una serie de pensamientos e imágenes negativos sobre situaciones escolares. El niño suele anticipar una serie de consecuencias negativas o desfavorables tendiendo a evaluar negativamente las propias capacidades o situaciones: le van a preguntar y le pondrán mala nota, el examen será muy difícil, hará el ridículo, se va a quedar en blanco, etc., aunque puede que haya algo de verdad en esto ya que la presencia de tanta ansiedad interfiere con los procesos atencionales, recuperación del material almacenado en la memoria, etc.
Estrés postraumático
Trastorno por estrés postraumático
El trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad. Este suele producirse tras haber sufrido u observado, un acontecimiento altamente traumático en el que está en juego nuestra vida o la de otras personas. Esta experiencia puede originar un aprendizaje emocional que tiene como fin proteger al individuo frente a situaciones similares pero que va a ocasionarle una serie de síntomas muy angustiosos como la rememoración o reexperimentación, hiperactividad fisiológica y evitación de esa situación o de otras parecidas.
Síntomas
La persona presenta recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma.
• Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento. En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
• El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo. Se incluyen la sensación de revivir la experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks. Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico.
• Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
• Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo, tal y como indican tres o más de los siguientes síntomas:
• Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático, mecanismo de disociación psíquica que es una alteración temporal de las funciones de integración de la conciencia que separa el acontecimiento traumático ocurrido de los sentimientos generados por este para sentir como si eso le hubiera pasado a otro.
• Mecanismo de evitación que puede producir la amnesia total o parcial de un aspecto puntual del acontecimiento traumático.
• Embotamiento psíquico de la capacidad de respuesta del individuo por el temor, la desesperanza o el horror esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
• Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
• Reducción acusada del interés, la participación en actividades significativas y la disminución de la reactividad al mundo exterior, denominada "anestesia emocional".
• Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
• Restricción de la vida afectiva y disminución de la capacidad para sentir emociones, especialmente las que hacen referencia a la intimidad, ternura y sexualidad en aquellos que han sido víctimas de un trauma sexual sensación de un futuro desolador, pesimismo, etc.
Síntomas persistentes de aumento de la activación, tal y como indican dos o más de los siguientes síntomas:
• Insomnio de conciliación o de mantenimiento.
• Irritabilidad o ataques de ira.
• Dificultades para concentrarse.
• Hipervigilancia.
• Sobresaltos.
• Síntomas de ansiedad o aumento de la activación (arousal) que no existían antes del trauma.
Tratamiento
Actualmente existen tratamientos muy efectivos y rápidos para el trastorno de estrés postraumático, tanto el EMDR, MCI, como la hipnosis clínica, garantizan la superación del trauma.
Problemas de pareja
Problemas de pareja
En nuestro centro de psicología y psicoterapia trabajamos los problemas por los que cualquier pareja puede pasar en un momento de crisis. El abordaje se hace desde lo personal e individual ascendiendo progresivamente hasta alcanzar la resolución del problema de pareja.
¿Por qué acudir a un terapeuta de pareja?
Cuando la pareja no puede salir por sí misma de esta situación es el momento de recibir la ayuda de un profesional objetivo que nos muestre las claves para recuperar la relación.
Estos son algunos de los problemas que tratamos a través de la terapia de pareja:
• Separación o divorcio.
• Ruptura sentimental.
• Miedo al compromiso.
• Celos.
• Infidelidad.
• Problemas de comunicación.
• Alteraciones en la convivencia.
• Conflictos provocados por otros familiares.
Resolver los conflictos de pareja mediante
a terapia de pareja
La terapia de pareja ayuda a las parejas que se quieren, pero su relación por uno u otro motivo no es satisfactoria. A través de la terapia, las parejas pueden superar las crisis, resolver los conflictos, mejorar la comunicación y reforzar sus aspectos positivos.
El psicólogo es un profesional objetivo que actúa como mediador y que desde fuera puede ver cosas que los miembros de la pareja no alcanzan a ver. El terapeuta de pareja actúa señalando a los miembros de la pareja las dinámicas que están actuando en sus conflictos, lo que pueden mejorar y qué pueden hacer para resolver sus problemas.
Problemas sexuales
Terapia sexual
La sexualidad, además de ser un instinto primario, es algo más que eso, es fuente de placer, realización y satisfacción, es el acto más sublime y más íntimo que puede darse entre dos personas, pero también puede causar gran sufrimiento y frustración cuando no se alcanza lo que se espera.
En la mayoría de los problemas sexuales su componente fundamental es el psicológico, el miedo, la ansiedad, el malestar dentro de la pareja, las falsas creencias, etc., suelen ser los responsables del problema. Las fases del acto sexual son las siguientes y las disfunciones se localizan en una o más de ellas:
• Deseo.
• Excitación.
• Orgasmo.
• Resolución.
Algunos de los problemas sexuales que tratamos:
• Eyaculación precoz o retardada.
• Impotencia (disfunción eréctil).
• Vaginismo.
• Anorgasmia.
• Falta de deseo sexual.
• Dispareunia.
Técnicas terapéuticas para los problemas sexuales
En nuestro centro aplicamos diferentes estrategias adaptadas a cada caso individual:
• Información sexual: en esta intervención tratamos de desterrar los mitos y las creencias erróneas que pueda tener la persona a este respecto.
• Terapia sexual adaptada al problema con ejercicios para hacer el interesado o en pareja, ya que la conducta sexual siempre es cosa de dos, el problema también suele serlo.
• Psicoterapia individual donde vamos a explorar y resolver las causas y los conflictos que influyen y mantienen este problema.
• Terapia de pareja si fuera necesario.
• EMDR.
• Hipnosis clínica.
• Técnicas Eriksonianas.
Baja autoestima
Terapia para adquirir autoestima
Una baja autoestima puede estar causando que se relacione muy poco con su ambiente, que le falte valor para solicitar un trabajo o para exigir lo que le corresponde.
¿Por qué esperar más para recuperar su confianza y subir su autoestima?
¿Qué es la autoestima?
• La autoestima es la capacidad que tiene la persona de valorarse, amarse, apreciarse y aceptarse a sí misma por el hecho de ser quien es.
• La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida.
• Conocer sus defectos y virtudes y aceptarse sin condiciones es el primer paso para una vida estable y armoniosa.
• Muchas personas descontentas con su físico, su forma de actuar, sus complejos, creen que cuando solucionen esos problemas podrán sentirse bien. Las personas con autoestima se sienten bien a pesar de no ser lo que desean ser. Se aceptan incondicionalmente.
• Es natural querer mejorar y superar las propias dificultades pero no como condición para sentirnos bien con nosotros mismos. Hay muchos “yo debería” que revisar, muchas normas o reglas adquiridas que nos exigen una perfección que no podemos alcanzar.
• El problema surge cuando en vez de aceptarnos tal y como somos nos exigimos ser como creemos que debemos ser o como los demás quieren que seamos. Nos empeñamos en alcanzar un imposible “yo ideal”, y esto nos conduce a la frustración y aumenta nuestro autorrechazo y nuestro sentimiento de baja autoestima.
Señales de buena autoestima
• Saber qué cosas puede hacer bien y cuáles mejorar.
• Sentirse bien consigo mismo.
• Expresar la opinión sin imponerla.
• No temer el hablar con otras personas.
• Saber identificar y expresar las emociones a uno mismo y a los demás.
• Participar en actividades sociales.
• Saber dar y pedir.
• Gustar de los retos y no temerlos, son una prueba.
• Respetan a los demás.
• Creatividad e interés por las cosas nuevas.
• Luchan por alcanzar lo que quieren.
• Defienden su posición ante los demás y reconocen cuando se equivocan.
Señales de baja autoestima
• No valorar sus capacidades.
• No aceptarse como se es.
• Exigirse más continuamente.
• Indecisión por temor a equivocarse.
• Culpa por los errores sin derecho a perdonarse.
• Pasivos, evitan tomar la iniciativa.
• Evitan situaciones por anticipar angustia y temor.
• No aceptan bien las críticas.
• Comparación con los demás.
• No poder decir no.
• Dificultad para expresar los sentimientos.
• Sentimientos de inferioridad.
• Pesimismo.
• No se preocupan por su estado de salud.
Si se ve reflejado en alguna de estas características, ha empezado a resolver el problema, llámenos podemos realmente ayudarle.
Terapias para mejorar la autoestima
Hay técnicas que le harán conocerse mejor, conectar con sus emociones, desterrar falsas creencias y reenmarcar todo el pasado. Aplicamos las técnicas más novedosas y con mejores resultados como la hipnosis clínica, MCI, EMDR, terapias cognitivas, etc.
Duelo
Duelo
El duelo es un proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida ya sea por fallecimiento de una persona querida, pérdida de la relación de pareja, de empleo, etc.
En el duelo, además del componente emocional, está el componente fisiológico y social. Freud describe el duelo como "la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente".
El duelo en sí mismo no es patológico, por el contrario, es un proceso adaptativo en el que la persona que ha sufrido la pérdida necesita tiempo para la elaboración de esta pérdida, esta pierde su interés por el mundo exterior para hacer cambios internos que se adecuen a las nuevas circunstancias.
El problema aparece cuando el duelo no permite el desarrollo normal de la vida cotidiana, si se tienen sentimientos de culpa, depresión prolongada, abuso de medicamentos, etc., en estos casos será necesario buscar ayuda psicológica profesional.
La elaboración del duelo hace referencia al proceso desde que se produce la pérdida hasta que esta se supera. Esta elaboración puede empezar a producirse antes de la pérdida misma si se puede prever con cierta antelación.
Determinantes de la elaboración del duelo en caso de muerte
• Grado de parentesco.
• Carácter de la muerte.
• Tipo de relación con el fallecido.
• Duración de la enfermedad y agonía.
• Grado de dependencia.
• Sexo del superviviente.
• Soporte social.
• Ideas religiosas o filosóficas.
• Presencia o no de otras experiencias de duelo.
Muerte de la pareja
La muerte de la pareja está situada como uno de los acontecimientos vitales estresantes con más riesgos de desarrollar una enfermedad física.
En este proceso se dan tres momentos:
Negación
• La primera reacción es de negación. Existen muchas dificultades para asimilar completamente la noticia, y este obstáculo resulta incrementado cuando la pérdida es súbita e inesperada.
• En esta fase, se pueden dar respuestas airadas o enfados contra los que se cree son responsables (médicos, personal sanitario, etc.) o hacia aquellos que se creen “más afortunados”.
• Esta negación de la realidad es como si se mirara a otro lado, hasta que la realidad se vaya imponiendo y empezamos a acostumbrarnos y entender las implicaciones emocionales que tiene esta pérdida.
Asimilación
• Después de la conmoción, de exteriorizar la negación y la ira, se comienza a experimentar la soledad y la tristeza en toda su intensidad. Se suelen realizar menos actividades y distanciarse del mundo social, para poder realizar la “elaboración del duelo” y poder adaptarse a la pérdida.
• Es necesario dar el tiempo necesario a esta asimilación, que tiene una duración que depende de varios factores.
Acomodación
• La angustia y tensión comienzan a ceder, dándose una aceptación resignada de la realidad. Poco a poco se va recuperando un poco el control emocional, y comienza a plantearse la cuestión de ¿qué va a ser de mi vida ahora?
• Esta es la fase más larga, y como sucede en las otras fases, se dan dos pasos adelante y un paso atrás.
• Para completar un duelo, la persona ha de aceptar la realidad de la pérdida, experimentarla, sentir el dolor y todas sus emociones. También, adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió, aprender a vivir en su ausencia, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas situaciones o relaciones.
Infancia y adolescencia
Infancia y adolescencia
La infancia es la etapa de la vida en la que el cerebro es más vulnerable para adquirir cualquier tipo de aprendizaje. Estos primeros años son fundamentales ya que de las experiencias físicas y afectivas que el niño vaya adquiriendo, dependerá su estabilidad futura, sus relaciones sociales, afectivas, autoconcepto, etc.
Al igual que al visitar un país extranjero necesitamos un buen guía, nuestros hijos necesitan unos padres bien preparados para que los eduquen, no solo para la infancia, sino también para el día de mañana.
Hay tres pilares sobre los que sustentar una buena educación: aceptación incondicional, disciplina e independencia. Desarrollar estos conceptos en la práctica, son el mejor predictor de un ser humano bien ajustado y bien preparado para enfrentarse a la adolescencia y a la vida adulta. Es muy común que los trastornos que manifiestan los adultos se hayan generado en la infancia o adolescencia.
Trastornos de la infancia
En muchos casos, los problemas que presentan los niños pueden resolverse en casa, a veces, simplemente, el psicólogo puede aconsejar unas pautas de conducta a los padres que les orienten en la resolución. En otros casos, será necesaria una terapia para el niño.
• Trastornos del sueño: miedos, rituales, terror nocturno, pesadillas, etc.
• Trastorno del control de los esfínteres: enuresis, encopresis.
• Manifestaciones del carácter: oposición y negativismo, agresividad, inhibición, conductas compulsivas, fobias, celos excesivos, ansiedad de separación, etc.
• Trastornos del aprendizaje.
• Trastornos del lenguaje, de la psicomotricidad.
• Dislexia.
• Trastornos adaptativos al colegio o por separación de los padres.
• Trastornos emocionales: inestabilidad afectiva o emocional.
• Trastornos ansiosos o depresivos.
• Hiperactividad.
• Trastorno de déficit de atención.
• Acoso escolar.
Adolescencia
• Durante la adolescencia (entre los 12 y los 18 años aprox.), las personas jóvenes atraviesan por muchos cambios a medida que pasan de la niñez a la madurez física. Tienen lugar importantes transformaciones biológicas, también a nivel emocional se presentan cambios ya que existen modificaciones en la forma de relacionarse con los otros, en la manera de ser y comportarse. Asimismo, son típicas de este periodo las oscilaciones afectivas. En el plano intelectual también aparecen cambios.
• Un aspecto importante en el adolescente es la imagen corporal, es en este periodo donde se enfrentan a modificaciones físicas; aquí el adolescente necesita constatar que los cambios que se producen son buenos, de ahí que busque modelos con los que compararse.
• El adolescente suele sentirse incomprendido por su núcleo familiar y aparece la oposición, se siente mayor y quiere alcanzar su libertad, el grupo de iguales comienza a ser su referente y es más importante para él seguir las pautas de conducta dictadas por los amigos que las que se le marcan dentro de la familia o el propio colegio o instituto.
• En muchos casos una rápida y efectiva intervención de los padres puede solucionar el problema incipiente, acudir al psicólogo para buscar asesoramiento y aplicarlo en el seno de la familia. En otros casos, será necesario un tratamiento psicológico para el joven y también para la familia.
Problemas más comunes que tratamos en la adolescencia:
• Problemas de ansiedad: miedos, temores, fobias, hábitos nerviosos, tics, obsesiones, manías, etc.
• Depresión.
• Baja autoestima, inseguridad.
• Confusión y desorientación.
• Adicciones: drogas, alcohol, nuevas tecnologías (internet, móvil, etc.).
• Problemas de alimentación: anorexia y bulimia.
• Problemas familiares: desobediencia, problemas de convivencia, falta de límites, etc.
• Problemas relacionales: timidez, falta de habilidades sociales, problemas con los amigos o compañeros.
• Acoso escolar o bullying.
• Problemas escolares: dificultades de aprendizaje, falta de motivación, mejora del rendimiento académico, técnicas de estudio, aprovechamiento del tiempo, desarrollo de la atención, la concentración y la memoria, ansiedad ante los exámenes, fobia escolar, etc.
• Problemas de conducta: impulsividad, falta de autocontrol, agresividad, etc.
• Trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad.
Insomnio
Terapia insomnio
¿Qué es?
• La característica esencial del insomnio es la dificultad para iniciar o mantener el sueño o la sensación de no haber tenido un sueño reparador al menos durante un mes.
• Las personas con insomnio presentan muy a menudo una combinación de dificultades para conciliar el sueño y despertares frecuentes durante la noche. En otros casos, tienen la sensación de no dormir bien: su sueño ha sido inquieto, poco profundo y de baja calidad.
• Si el insomnio se convierte en crónico, la persona puede experimentar una disminución del estado de ánimo, de la motivación, energía, memoria, atención y concentración, así como irritabilidad y un aumento de la sensación de fatiga y malestar.
Causas del insomnio y tipos
• Las causas del insomnio son múltiples y puede surgir de forma aislada o como consecuencia de otras situaciones: problemas psicológicos como el estrés, la ansiedad o depresión, embarazo, hábitos inadecuados, enfermedades médicas, etc.
• El insomnio tiene en su origen o en su mantenimiento casi siempre un componente psicológico, ya que se suele asociar con un aumento del nivel de alerta fisiológica y psicológica durante la noche junto con un condicionamiento negativo para dormir. La preocupación intensa y el malestar por la imposibilidad de dormir bien, pueden generar un círculo vicioso: cuanto más intenta el individuo luchar contra el insomnio, más frustrado y molesto se encuentra y la activación cerebral producida por la frustración al no poder dormir aumenta el insomnio.
Existen 2 tipos de insomnio:
• Insomnio de corto plazo: suele darse en situaciones de estrés laboral, cambios vitales, presiones familiares o después de un evento traumático. Puede durar días o semanas.
• Crónico: dura un mes o más. La mayoría de los casos surgen como consecuencia de otros problemas. El abuso de medicinas y sustancias pueden causar este tipo de insomnio.
Si sufre insomnio, llámenos, podemos ayudarle.
Adicciones
Adicciones
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la adicción es una enfermedad física y psicológica. Consiste en la dependencia o necesidad de una sustancia o actividad que consigue dar satisfacción o placer a una persona. La adicción se mantiene a pesar de las consecuencias negativas, la falta del objeto, sustancia o persona causa un gran malestar en la persona adicta.
Tipos de adicciones más frecuentes en adultos:
Adicciones de conducta:
• Ludopatía. Adicción al juego. Se caracteriza por:
○ Necesidad de gastar más dinero en juegos para lograr la misma satisfacción.
○ Irritabilidad cuando hay interrupciones.
○ Excesiva concentración en el juego.
○ Intento continuo de conseguir el dinero invertido.
• Adicción laboral. Se caracteriza por:
○ Emplear mucho tiempo en las tareas sin descanso.
○ Pensamientos obsesivos sobre el trabajo durante todo el día.
○ Despreocupación de otras actividades o de la salud.
• Adicción a Internet, vídeo juegos, redes sociales, etc.
• Adicciones de consumo
○ Adicción a la comida y trastornos alimenticios como anorexia o bulimia, drogadicción en todas sus variantes: problemas con la cocaína, adicción a los porros, tratamiento adicción al alcohol o alcoholismo y a los estupefacientes, etc.
Para tratar cualquier adicción en adultos es necesario que la persona sea consciente y reconozca su problema, de modo que pueda desarrollar y poner en práctica, las herramientas para hacerle frente. Si esto no ocurre, son los que más cerca están de estas personas, los que necesitarán orientación, apoyo y tratamiento para cambiar la situación.
Nuestro centro de psicología está totalmente concienciado de la importancia de estas adicciones en adultos, y contamos con las terapias adecuadas para hacerles frente y superarlas.
Mobbing
Mobbing o acoso laboral
El acoso laboral o acoso moral en el trabajo, conocido frecuentemente a través del término inglés mobbing (asediar, acosar, acorralar en grupo), es tanto la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su trabajo, como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador.
Esta persona o grupo de personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos negativos y hostiles dentro o fuera del trabajo por parte de grupos sociales externos, de sus compañeros (acoso horizontal, entre iguales), de sus subalternos (en sentido vertical ascendente) o de sus superiores (en sentido vertical descendente, también llamado bossing, del inglés boss, jefe). Dicha violencia psicológica se produce de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, a lo largo de semanas, meses e incluso años, y a la misma en ocasiones se añaden accidentes fortuitos y hasta agresiones físicas, en los casos más graves.
Lo que se pretende en último término con este hostigamiento, intimidación o perturbación (o normalmente la conjugación de todas ellas) es el abandono del trabajo por parte de la víctima (o víctimas), la cual es considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para sus intereses personales (necesidad de extorsión, ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del statu quo, etc.).
La incidencia poblacional del acoso laboral se calcula que se encuentra entre el 10 y el 15 % del total de los trabajadores en activo.
Consecuencias psicológicas y laborales
• Lento deterioro de la confianza en sí misma y en sus capacidades profesionales por parte de la víctima.
• Proceso de desvaloración personal.
• Desarrollo de la culpabilidad en la víctima (la propia familia suele cuestionarla sobre su comportamiento).
• Creencia de haber cometido verdaderamente errores, fallos o incumplimientos.
• Somatización del conflicto: enfermedades físicas.
• Insomnio, ansiedad, estrés, angustia, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, problemas de relación con la pareja, depresión.
• Inseguridad emocional, torpeza, indecisión, conflictos con otras personas e incluso familiares.
• Mella en la autoestima.
• Trastorno por estrés agudo.
• Bajas laborales que el acosador suele aprovechar contra el trabajador.
Otras consecuencias:
• Agresividad con la familia.
• Aumento de la conflictividad con la familia.
• Aumento de las enfermedades de los hijos y problemas escolares.
• Retraimiento de la víctima con la familia y amigos.
• Abandono de los amigos y rechazo por parte del entorno de la víctima, cansados de la obsesión con el problema laboral. No se queje, que nosotros no estamos mejor.
• Falta de apoyo de los familiares ante los intentos de la víctima de hacer frente a la situación, legal o psicológicamente.
• Estigmatización social en los sectores de actividad laboral próximos.
El desenlace habitual de la situación de acoso laboral suele significar la salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa. Otras consecuencias pueden ser el traslado, o incluso el pase a situación de incapacidad permanente. La recuperación definitiva de la víctima suele durar años y, en casos extremos, no se recupera nunca la capacidad de trabajo.
En muchos casos, el mobbing persiste incluso después de la salida de la víctima de la empresa, con informes negativos o calumniosos a futuros empleadores, eliminando así la empleabilidad externa de la víctima. Se trata de una especie de re-mobbing.
Bullying
¿Qué es el bullying?
Bullying es el término tan tristemente de actualidad y que se utiliza para describir unos tipos de comportamientos no deseados que abarcan desde burlarse, hacer bromas pesadas, ignorar deliberadamente a alguien, hasta llegar a ataques personales e, incluso, abusos serios, comportamientos que pueden ser cometidos por un individuo solo o también por un grupo o pandilla.
Estas situaciones están resultando bastante comunes en los centros educativos (colegios e institutos) y pueden llegar a ser muy dañinas para quienes las sufren, normalmente, en silencio y soledad.
Más que la acción en sí misma, lo más importante son los efectos que produce entre sus víctimas. Nunca se debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente intimidado puede llegar a sentir.
Por tanto, estas situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas a las que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que llevan a cabo otros compañeros, entendiendo por acciones negativas tanto las cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas de exclusión.
No hay que confundir estas situaciones con los típicos altibajos que se producen en las relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la preadolescencia y adolescencia. Los problemas de comportamiento, indisciplina, los conflictos y las malas relaciones entre iguales, son fenómenos perturbadores, pero no son verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se resuelven de forma adecuada.
Para prevenir y atajar posibles brotes, es muy conveniente centrar el tema y aclarar entre todos de qué estamos hablando y no pensar que todo esto es normal entre escolares ni que se trata solo de bromas.
Ejemplos de comportamientos y/o conductas no deseadas:
• Cuando un chico o una chica se mete con otro compañero o compañera insultándole, poniéndole apodos, burlándose de él o ella, amenazándolo/a, tirándole sus cosas, pegándole o diciendo a los otros que no se junten con él o con ella.
• Cuando en el patio de recreo, en los pasillos, en los servicios y/o en la propia clase sucede, a veces, que unos compañeros/as se meten con otros/as, se burlan de su aspecto, se ríen de ellos, y luego dicen que ha sido jugando, pero la verdad es que eso molesta.
• Cuando algunos chicos y chicas les dicen a los demás que no hablen a otra chica o chico, para que no tenga amigos ni amigas, o le acusan de algo siendo mentira.
• Cuando un chico o una chica abusa de su fuerza, pegan o amenazan a otro compañero o compañera que no es tan fuerte.
• Cuando un grupo de chicos o chicas levanta rumores falsos sobre otro chico o chica, simplemente porque no quiere salir con ellos o porque no están dispuestos a hacer lo que ellos quieren ni aguantar sus cosas, y empieza a perder sus amigos/as y a tener cierta fama.
Tratamiento
El niño o el joven necesita en muchos casos apoyo psicológico para poder afrontar la situación que están viviendo. El fortalecimiento de su propia personalidad trabajando la autoestima, adquirir habilidades sociales o superar el miedo ante los acosadores. No debemos olvidar la vulnerabilidad del niño o adolescente.